¿Estás ahí?

Señor, ¿estás ahí?💭

¿Alguien más le ha hecho esta pregunta a Dios?🙋‍♀️... Someone?🙋‍♀️... Anybody?🙋‍♀️... Creo que muchos en algún momento de nuestra vida le hemos cuestionado esto a Dios. En ocasiones, la soledad nos lleva a pensar que Dios está ausente o demasiado ocupado para nosotros. Inclusive, cuando las cosas no salen de acuerdo a “nuestro gran plan”, pensamos que Dios nos ha abandonado.

TODO ESTO ES COMPLETAMENTE FALSO.

Cuando le preguntaba a Dios si estaba ahí, siempre me quedaba esperando a que me respondiera... a que me diera una “señal”… a que me dijera con CON PALABRAS ESPECÍFICAS Y CONCRETAS QUÉ DEBÍA HACER🗣. Esperaba que Jesús se apareciera en mi casa👀 y me dijera “Wepa Vale, ¿cómo estás? Pienso que no deberías hacer esto por esta razón… mejor toma este otro camino.”

¡Oye! ¡Qué fácil sería la vida si tuviéramos las respuestas a todo! Pero no es así. No porque Dios no nos quiera. AL CONTRARIO. Él nos ama tanto, que siempre nos da la libertad de elegir (ESPERANDO CON ANSIAS QUE LO ELIJAMOS A ÉL, DE LA MISMA FORMA EN QUE ÉL NOS ELIGE TODOS LOS DÍAS).

Luego de varios tropiezos y de mucho aprendizaje, porque déjenme decirles algo… SIEMPRE SE APRENDE😊, me doy cuenta de algo comiquísimo… Y es que yo estaba haciendo la pregunta EQUIVOCADA🧐. ¡Así es! Yo estaba preguntándole al Señor si Él estaba, cuando la respuesta a esto es un poco obvia, ¿no?

Él siempre ha estado y siempre estará con nosotros😉. Ahora bien, la pregunta que debía haber hecho es la siguiente: “¿Estoy atenta a lo que me está diciendo el Señor?”. Ahora doy para atrás y me doy cuenta de que, en ese entonces, no tenía mi completa atención y confianza en las palabras de mi Señor. Desde ahora les digo que, si no estamos atentos, se nos hará difícil reconocer que Dios está con nosotros… y más difícil aún, el escuchar lo que Él nos quiere decir👂.

Pienso que cuando le hacemos esta pregunta al Señor es porque quizás estamos distraídos y no reconocemos las bendiciones de Dios, o tal vez porque la respuesta que nos dio el Señor no era la que esperábamos y, por ende, optamos por hacer las cosas a nuestra manera…

En mi caso, estas fueron mis razones (¡Ay Vale!🤦‍♀️). Así como lo escuchas… o mejor dicho… así como lo lees (Jajaja😅). Dios SÍ estaba ahí. Mi problema estaba en que la respuesta de Dios no era la que me parecía conveniente (¡Ayyy Vale🤦‍♀️!). No era la que yo quería. Por lo tanto, en vez de actuar en obediencia, prefería seguir en mi zona de confort, en lo conocido, en mi rutina y en mis costumbres (DESCONFIANZA TOTAL en el Señor😓). Dudaba de la respuesta de Dios porque sabía que me llevaría a un lugar desconocido. Temía lo desconocido, porque ahí pasan cosas impredecibles, cosas que no me permiten estar en control y a nuestra queridísima Vale le gusta estar en control (¡Oh rayosss!).

Pero si de algo estoy segura, es que la voz de Dios NUNCA queda opacada en el ruido. Yo pensaba tener todo bajo control, hasta que de repente todo colapsó. Es ahí cuando comprendo QUE JAMÁS TENDRÍA CONTROL TOTAL.

Fue en mi vulnerabilidad que descubrí, que está bien no tener el control de las cosas. La verdad es que nunca tendremos el control absoluto. Fue en mi fragilidad que entendí que no se trata de control, sino de confianza… CONFIAR EN QUE LOS PLANES DE DIOS SON BUENOS… CONFIAR EN QUE LA VOLUNTAD DE DIOS ES BUENA, AGRADABLE Y PERFECTA.

Dios no quiere que controlemos cada aspecto de nuestra vida. Él quiere que DESCANSEMOS CONFIADOS, sabiendo que ÉL TIENE EL CONTROL.

En lo desconocido pasan cosas impredecibles, PERO también es ahí donde descubrimos características de nosotros que ni conocíamos. Es ahí donde Dios forma nuestro carácter y transforma nuestra persona. Es ahí donde entrenamos para encontrar la VICTORIAAA (¡WUUUU!). ¡Es aquí donde Dios nos sorprendeee EN GRANDE!

DÉJATE SORPRENDER. DIOS SÍ ESTÁ CONTIGO Y ASÍ LO SERÁ POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.